13 de enero de 2012

Ripagaina III

01.2012
Sin un sistema de guía, los días de niebla no hay vuelos porque los pilotos dicen que no pueden volver a aterrizar. No vemos las pistas, aseguran. Como si no supiéramos que ahí siguen, donde las dejaron. En realidad es la pérdida de los cielos lo que les preocupa. Se vuelven blancos y planos, como vacíos, sin espacio para ningún avión, pero muy útiles para confirmar que hay otros trabajos que continúan sin descanso.

2 comentarios:

  1. interesante reflexión e interesante tu trabajo Carlos... Me he suscrito para tener posibilidad de seguir tu blog... Enhorabuena.
    Joseba.

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