9 de agosto de 2009

Esmirna

07.2009
Vista desde el asansör, un lugar donde como su nombre indica hay un ascensor. Lo financió un filántropo judío en beneficio de sus vecinos antes de ser deportado a Auschwitz y de que su nieto llegara a ser un escritor francés de éxito. Desde ahí arriba todo esto no se ve, pero sí cómo cada tarde la ciudad, los barcos y la bahía entera despiden un sol desplomado justo enfrente. La vista no explica la historia, pero mirando bien casi la compensa.

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