2 de mayo de 2012

París II

04.2012
Plantada en el suelo, una persona contempla la línea de su horizonte unos cinco kilómetros más allá de sus pies. Desde la última planta de la Torre Eiffel alcanza hasta sesenta, así que con buena vista le bastarían unas setecientas torres más, todas en línea, para dar la vuelta al mundo y encontrarse mirándose la espalda.

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